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El impacto de la dieta en la salud humana

¿En qué consiste la FP Semipresencial?
Fecha
2 Abr 2024
Área de conocimiento
Emergencias

La alimentación es fundamental en nuestra salud, hasta el punto de que una de las primeras cuestiones en las que profundizan ciclos sanitarios como el Grado Superior en Nutrición y Dietética es el impacto de la nutrición en nuestro bienestar físico y mental.  

Llevar una dieta equilibrada no solo hará que tengamos la vitalidad necesaria para nuestro día a día, sino que también influirá a la hora de mejorar nuestro sistema inmunológico y disminuirá el riesgo de contraer enfermedades nutricionales.  

Cómo afecta la dieta a la salud 

La dieta que llevamos es clave en nuestra salud. Por lo tanto, debemos llevar una alimentación variada, que nos aporte los nutrientes suficientes para obtener la energía necesaria en nuestro día a día y permitir que nuestro cuerpo realice los procesos metabólicos necesarios.  

Teniendo en cuenta que las dietas que no son saludables, unido a la falta de actividad física, se encuentran entre los primeros factores de riesgo para la salud, hay que cuidar la alimentación a cualquier edad. De hecho, los hábitos alimenticios saludables tienen que comenzar en los primeros años de vida, lo que presenta beneficios a corto, medio y largo plazo.  

Un especialista que estudió el Grado Superior en Nutrición y Dietética puede aportarnos su visión profesional sobre la alimentación que más nos conviene, qué alimentos debemos evitar y cómo debe ser nuestra dieta si queremos mantenernos activos y saludables. 

Consecuencias de una mala alimentación: enfermedades nutricionales 

Las personas que no llevan una dieta equilibrada que les proporcione los nutrientes necesarios tienen más riesgo de desarrollar ciertas enfermedades nutricionales que deriven en otras patologías, como las cerebrovasculares, diabetes, cardiopatías, dolores articulares, cáncer o enfermedades respiratorias, entre otras.  

Para evitarlo, hay que seguir una dieta que contenga la cantidad necesaria de frutas y verduras, pero también hidratos de carbono, alimentos cárnicos o con valores nutritivos equivalentes, y derivados lácteos. Así, prevenimos la desnutrición, el riesgo de sobrepeso y obesidad, y la posibilidad de desarrollar enfermedades nutricionales y otras dolencias. 

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud recomienda incluir o evitar ciertos alimentos en nuestro día a día para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades nutricionales no transmisibles: 

- Frutas, verduras y hortalizas: conviene tomar 400 gramos o cinco porciones al día, preferiblemente que sean de temporada y en cada comida. 

- Grasas: hay que reducir su consumo total a menos del 10% de la ingesta calórica diaria. Lo mejor es cocinar al vapor o hervir, en vez de freír. 

- Sal: la reducción a menos de 5 gramos diarios ayudaría a prevenir la muerte de 1,7 millones de personas al año. 

- Azúcares: conviene disminuir la ingesta de azúcares libres a menos del 5% de la ingesta calórica total.  

Para evitar errores en la dieta, los profesionales con un Grado Superior en Nutrición y Dietética están al frente de unidades que realizan valoraciones personalizadas al paciente para ofrecerles una dieta adecuada para sus necesidades. Además, y en muchos casos gracias a un equipo multidisciplinar, cuidarán de nuestra salud de manera integral, enseñándonos a mantener hábitos saludables y ayudándonos a mantener el peso indicado para no desarrollar problemas de salud en un futuro. 

Consejos para mejorar la salud con una dieta equilibrada 

Para conseguir una dieta equilibrada hay que evitar ciertos alimentos, como los ricos en grasas, entre los que se encuentran los embutidos, los quesos grasos y las mantequillas, entre otros. Los platos preparados, las salsas, la bollería industrial y los refrescos no son aconsejables si queremos mantenernos sanos. 

Una comida completa y equilibrada combinaría un alimento rico en hidratos de carbono con verdura y una fuente de proteína. Para desayunar y merendar, resultaría ideal un biscote de integral con queso fresco o una pieza de fruta, y como tentempié a media mañana, frutos secos o un yogur desnatado. La cena, por el contrario, debe ser ligera y a una hora temprana. Es ideal si incluye vegetales, pero también podemos utilizarla para completar la ingesta del grupo de alimentos que no hemos consumido convenientemente a lo largo del día. Es decir, si has tomado carne al mediodía, por ejemplo, lo ideal sería tomar algo de pescado o un huevo, junto con una ensalada por la noche. 

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) establece que una dieta de unas 1.500 kilocalorías diarias puede servir de orientación a la hora de elaborar menús saludables, si bien sería necesario contar con un técnico experto para conseguir una dieta sea individualizada en función de nuestras necesidades.

Se recomienda un consumo adecuado de fibra, calcio, vitamina D y potasio, limitando los azúcares añadidos y el consumo de sodio, reemplazando las grasas saturadas y aportando muchos alimentos en la dieta. Y sin olvidarnos de beber suficiente agua, tal y como recomienda el Ministerio de Sanidad en sus recomendaciones para una alimentación saludable.  

Si dentro de los ciclos formativos orientados a la Sanidad te interesa la nutrición, y tu vocación es ayudar a los demás, el Grado Superior en Nutrición y Dietética te enseñará todo lo que tienes que saber para ejercer como dietista, educador sanitario o consultor de alimentación. Cada vez estamos más preocupados por nuestra dieta, lo que provoca que la demanda de estos profesionales haya aumentado en los últimos años. ¿Te apuntas? 

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